sábado, 8 de febrero de 2014

Insomnio en Gotham

Acto 1

Intentaba dormir, pero no nací para salir y acostarme con el sol, sino con la luna.

(¡Ooooh! Pausa para mirar a la nada.)

Y esto no lo digo por poético, simplemente, asín ocurre. Aun que reconozco que al igual que el que ve ovnis los ve por que cree verlos, yo veo la poesía en todas partes, por que me gusta creer que observo letras hasta en la pared a donde todo el mundo se acerca a mear durante una fiesta patronal. Ese día, los vecinos no airean sus habitaciones. No se si me entendéis. ¡Y eso también es poesía! Quemarme en la hoguera.

(Menos en la Comic Sans.
Ahí no veo poesía,
sólo un carnicero afilando su mejor cuchillo.)

Acto 2.

Tras los absurdos manque divertidos intentos de demostrarle a mi ciclo de sueño que yo tenía el control de la situación, me abandoné a una vida de vampirismo; pero sin el derecho a dormir (ni morir, claro) de día. 

Por la noche no me queda más remedio que quedarme en vela, y por el día fingir que he dormido las ocho horas recomendadas por el 90% de los médicos. (Quisiera hablar con el otro 10%). Escribir a las 4 a.m. y publicarlo a las 10 a.m. Por mantener las formas.

Ya sabemos, o eso he intentado transmitir, que yo, básicamente, no duermo.

Lo verdaderamente interesante es, ¿y Batman?.


Tío, te entiendo.


Fdo: Super-Portela.




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